viernes, 15 de julio de 2011

NADA DE ESTE MUNDO PODRÁ SEPARARNOS, Capítulo 1


"¡Despierta! ¡Despierta!"
Valeria entreabrió los ojos. Era una voz desconocida la que se había abierto paso en la oscuridad de su sueño.
Estaba en una cama, desnuda, entre sábanas blancas. Era la casa de Damián. Empezó a recordar. Recordó lo sucedido varios días atrás. También los felices momentos de intimidad y amor vividos desde entonces.
-Despierta, amor mío. Que el sueño me priva de tu belleza. -Dijo Damián, recostado a su lado, susurrando a su oído.
Valeria sonrió.
-Despierta, amor mío. Que el sueño me priva de tu belleza. -Repitió Damián. Tenía un libro en su mano.
-¿Y eso? -Preguntó, divertida.
-Shakespeare. Sueño de una Noche de Verano. Estoy seguro de que cuando escribió esto -levantó un poco el libro- estaba inspirado por un ángel. -Los ojos de Damián estaban clavados con intensidad en los de Valeria.
Valeria ensanchó su sonrisa. Damián la besó y ella le respondió, tomando su rostro entre sus manos. 
-Todavía me parece increíble que estemos juntos. -Confesó Valeria.
-Como si fuera un sueño, ¿verdad?
-Un sueño que parece imposible. Pero del que no quiero despertar.
-Yo tampoco.
Sonó el timbre de la puerta.
-¿Quién será a estas horas? -Se preguntó Valeria en voz alta.
-¿A estas horas? -Repuso Damián con extrañeza, ya de camino hacia la entrada- Casi es medio día.
Natael estaba de pie en la entrada, con las manos enfudadas en su raído abrigo, con el mismo gesto sereno de costumbre.
-¿Ahora llamas a la puerta? -Se extrañó Damián- Pasa.
-Imaginé que querríais algo de privacidad. -Explicó Natael tras entrar y una vez que la puerta se cerró- Tenemos trabajo. 
-¿Ha ocurrido algo? -Preguntó Damián.
-Los Caídos siguen sueltos y haciendo lo que mejor saben hacer: Tentar almas y traer tinieblas al mundo. -A pesar de la dureza de sus palabras por su tono no se hubiera dicho que explicaba algo transcendental.
-Sí, claro. -Damián rehuyó la serena mirada del ángel, que no dejaba de observarle con extraña fijeza en todo momento- ¡Valeria! ¡Natael está aquí!
Valeria apareció con una camisa de Damián puesta. Su sonrisa era radiante, espléndida.
-¡Natael! -Le abrazó con ferviente alegría. Parecía como si necesitara compartir su intensa felicidad con el mundo entero.
-No es una visita de cortesía, Valeria. -Señaló Natael.
-Tenemos trabajo que hacer. -Añadió Damián.
-Por supuesto. -De repente, el buen humor de Valeria se esfumó- Siempre tenemos trabajo que hacer.
-Lleváis una semana aquí. Alejados de todo. -Añadió Natael- Mientras, están pasando cosas en el mundo.
-¿Y cuándo no, Natael? -El tono de Valeria era indiferente, casi insultante.
-Son cosas importantes. -Explicó Natael en tono sereno, dulce- Del tipo de asuntos que requieren nuestra atención. 
>>El Mal sigue existiendo, Valeria. Y nosotros estamos aquí para combatirlo. Ya lo sabes.
Valeria frunció los labios. Luego, suspiró.
-Tienes razón. Como siempre. -Refunfuñó- Voy a ducharme y nos vamos.
Valeria desapareció por la puerta del baño y Natael dirigió una nueva mirada a Damián que, esta vez, le hizo bajar los ojos al suelo por un instante. Para cuando los levantó el ángel había desaparecido.


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